Sunday, October 2, 2011

El Panangyatang Y El Caiman (1887)


En el mes pasado, un cocodrilo gigante de agua salada (Crocodylus porosus), de más de seis metros de largo y una tonelada de peso, fue capturado en la provincia de Agusan del Sur. El animal, de acuerdo con el libro Guinness, sería el mayor en su tipo atrapado vivo en la historia.



 El cocodrilo más grande del mundo en cautividad



Esta especie es diferente del Cocodrilo Malayo o Cocodrilo de Filipinas (Crocodylus mindorensis). Se encuentra solo en las islas de las que se deriva su nombre. Hay solo 100 adultos en su hábitat natural, haciendo a este cocodrilo de agua dulce uno de las especies más amenazadas del planeta.

El cocodrilo de Filipinas es en peligro crítico de extinción


Hubo un tiempo en que los crocodilos eran abundantes en el país, incluso en el río Pasig. A veces la gente tenía que bañarse en una jaula de madera para su seguridad. José Rizal también mencionó el cocodrilo en su novela. Supongo que todos más o menos estamos familiarizados con la escena en Noli Me Tangere, donde Elías luchó con un cocodrilo.

Una estatua de Elias en el pueblo de Tiaong (Provincia de Quezon)


En 1887, el mismo año que Rizal publicó su primera novela, Isabelo de los Reyes ganó una medalla de plata en la Exposición de Filipinas en Madrid por su libro El Folk-Lore Filipino. Él describió las costumbres filipinas incluyendo la superstición sobre los cocodrilos. 

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El Panangyatang Y El Caiman (1887)

Morga y Colin dicen que los filipinos adoraban, en la época de la Conquista del país  por los españoles, al caimán llamándole nono y le rogaban no les hiciese ningún mal dándole algo de lo que traían en el barco y que los pescadores arrojaban como primicias los primeros pescados, que sacaban de su red, y de lo contrario no entrarían otros peces en ella. Esta preocupación existe hasta el día en Ilocos y según el Catecismo ilocano del P. López (que estuvo en Ilocos á principios del siglo XVII) se llama panangyatang: pero en aquellas provincias no se encuentra este anfibio. Probablemente el P. Colin se había equivocado al aseverar que los filipinos llamaban al caiman nono, porque esta palabra se tagala, y significa abuelo y espectro, y tanto los ilocanos como los tagalos llaman buaya al caimán.  Parece ser exacto que en los puntos de Filipinas donde hay caimanes arrojen morisqueta á estos y otros objetos supersticiosos, como las rocas de formas singulares, á fin de que el viaje sea próspero.

Isabelo de los Reyes
El Folk-Lore Filipino
1887